Todos somos un poco culpables de estar pegados al móvil de vez en cuando. A veces es bueno tomarse un momento para dejar que el cerebro descanse antes de volver al ajetreo del día.
No hay nada malo en tomarse un descanso mental, pero los problemas empiezan cuando el uso de la tecnología se interpone en el tiempo en familia, especialmente el tiempo con los hijos.
Cuando los niños se ven compitiendo con los smartphones para llamar la atención de sus padres o abuelos, esto tiene efectos desastrosos en su salud mental. En 50% de los padres a los que sus propios hijos les piden que guarden el teléfono, el problema es demasiado grave para ignorarlo.
No sólo las generaciones más jóvenes, también los abuelos son cada vez más adictos a la tecnología. Un reciente artículo del artículo del Wall Street Journal ha puesto de manifiesto la preocupación de los padres por el hecho de que las pantallas se interpongan en el tiempo que pasan en familia los niños y sus abuelos.
En Spacetalk queremos ayudar a las familias a mantenerse en contacto de una forma más saludable. Sin redes sociales, sin acceso abierto a Internet y sin distracciones, somos la forma más segura de que tu familia se mantenga conectada.
La buena noticia es que cuanto más conscientes seamos de un problema, mejor preparados estaremos para darle la vuelta a la situación.
Cómo pueden afectar a los niños tus hábitos frente a las pantallas
Provoca problemas emocionales: Si prestas más atención a tu teléfono que a tu hijo, es probable que esto tenga un efecto negativo en sus emociones.
La adicción a las pantallas puede hacer que los padres estén menos en sintonía con las necesidades mentales y emocionales de sus hijos, lo que aumenta las probabilidades de que estos arremetan para intentar llamar la atención de sus padres. atención de sus padres.
A su vez, este mal comportamiento lleva a los padres a enfadarse con sus hijos, creando un círculo vicioso: el niño no ve satisfechas sus necesidades y actúa para llamar la atención, lo que le causa problemas y le hace sentirse triste, lo que le lleva a actuar de nuevo. Qué agotador!
Afecta a la autoestima: Resulta alarmante que niños de tan solo 4 años afirmen sentirse tristes o enfadados por el uso que sus padres hacen de la tecnología, y que se sientan menos importantes que el teléfono de sus padres.
Cuando fracasan los repetidos intentos de apartar la atención de los padres de sus teléfonos, los niños sienten que no están haciendo lo suficiente para que se les preste atención, lo que daña aún más su autoestima.
Crea desconexión: Cuando hay un teléfono entre un padre y su hijo, se crea una sensación de desconexión.
Con el tiempo, esto puede hacer que los niños estén menos dispuestos a compartir cosas con sus padres o tutores, ya sea algo que les haya hecho felices o un problema que tengan en la escuela.
Esta es una situación peligrosa, ya que los niños pueden no acercarse a ti si están pasando por un mal momento, lo que les lleva a sufrir en silencio sin apoyo.
Aumentar la probabilidad de lesiones: Seguro que todos hemos mirado alguna vez el móvil mientras llevábamos a los niños al parque. Por desgracia, no prestar atención a los niños mientras estás fuera significa que podrías no darte cuenta de si están a punto de meterse en una situación en la que podrían hacerse daño a sí mismos o a otros.
Cuando salgas con tus hijos, estate presente, disfruta del momento y considéralo una oportunidad para pasar tiempo de calidad viendo jugar a tus hijos.
Consejos para limitar el uso de la pantalla
Lo bueno es que todo esto se puede cambiar y mejorar con unos pocos cambios.
- Dedica un tiempo específico a revisar tus notificaciones.
- No pongas el teléfono en la mesa durante la cena.
- Presta toda tu atención a tu hijo cuando te hable.
- No mires el correo electrónico del trabajo a deshoras.
- Intenta no mirar el teléfono al menos una hora antes de acostarte.
- Dedica un tiempo diario libre de pantalla a tus hijos.
Alternativas al tiempo frente a la pantalla en momentos de estrés
- 60 segundos de respiración consciente pueden ayudarte a volver a centrarte y puedes hacerlo en cualquier sitio, incluso haciendo cola en el supermercado.
- Si sientes el impulso de coger el móvil y empezar a navegar, sustitúyelo por algo que te dé una sensación de logro, como doblar la colada o regar las plantas de interior.
- Escribir un diario es una forma estupenda de despejar la mente. Dedica un par de minutos a escribir todas las preocupaciones que te vengan a la cabeza. No lo hagas perfecto, simplemente sácalo de tu cabeza y ponlo en la página, luego rómpelo.
- Un paseo consciente puede ayudarte a salir de tu cabeza y entrar en el mundo real para obtener la claridad mental que tanto necesitas. Concéntrate en los pájaros y en los colores de las flores que veas.
Si nos damos cuenta de cuándo damos más importancia a nuestros teléfonos que a nuestros hijos, podemos empezar a trabajar para revertir parte del daño que les hacemos no solo a nuestros hijos, sino también a nosotros mismos.
Fotografía de la portada: Gabby Jones, Wall Street Journal
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